Covid19 el gran cambio en mi vida

Blueberries

Mi nombre es Antonia G. Radicó en carolina del norte desde hace 12 años y es el estado en el que más me ha gustado vivir ya que está lleno de cultivos que me recuerdan mucho mi país de origen Guatemala.

Desde que llegué aquí he trabajado en los cultivos, en el maíz, tomate, cebolla, chile, camote, en todo lo que yo pueda trabajar. Empezamos a plantarlo y para mi es una gran satisfacción poder ayudar a cosechar, cada temporada es a lo que me dedico y con eso e podido sacar adelante a mi familia.

Toda la temporada empezaba muy bien. Todo indicaba que sería un gran año, hasta que se empezó el rumor de que había un virus muy malo y fue ahí cuando me puse alerta por mis hijos ya que el miedo invadía mi vida pensando en que algo les podía pasar, escuchaba que se decía que las personas podían perder la vida y eso hacía cada día que el miedo acabará con todo lo que yo hacía.

Aun así continué con mis labores cotidianas y trabajando normalmente y pues dentro de mis compañeras crecía cada día más el rumor de que cerca de nosotros ya había personas contagiadas. La verdad yo sí tenía mucho miedo pues qué harían mis hijos si yo les faltara? Yo soy padre y madre para ellos y si yo no trabajo ellos no comen,eso era más que nada mi mayor preocupación.

Nos empezaron a dar mascarillas en el trabajo y nos decian que teniamos que mantener el distanciamiento social. Yo en lo personal si usaba mi cubrebocas pero en el trabajo es muy difícil mantener la distancia pues siempre andamos todos juntos y en ese tiempo era la temporada de plantar así que andabamos mas cerca que nunca,yo trataba de no acercarme a mis compañeras pero era casi imposible.

Conforme pasaban los días se fueron contagiando mis compañeros. Los surcos estaban vacíos y pues fue entonces que al no haber más trabajo nos mandaron a descansar a la casa,sin recibir ningún pago y sin tener medios para sobrevivir en medio de esta pandemia. Me fui muy triste sin saber qué haría ni qué les diría a mis hijos que mamá ya no trabajaría.

Segui buscando trabajo pero no habia por ningun lado nadie quería contratarme y mejor empeze hacer comida para vender a mis vecinos y fue asi como empeze a ir casa por casa a ofrecer mis alimentos con miedo de contagiarme pero siempre manteniendo las debidas precauciones.

La escuela cambió mucho. Mis hijos están en casa llevando las clases en línea y es muy difícil para mi pues tengo otro bill que pagar pero gracias a Dios y a mis ventas no me ha faltado el pan de cada día para mis hijos.

Espero que todo esto se componga pronto y yo pueda regresar al campo a seguir trabajando, es lo que más disfruto la vida al aire libre y también poderles llevar los alimentos frescos a sus mesas.

Yo hago mucha oración y siempre rezo el rosario y cada vez que lo veo para mi es algo maravilloso pues sin él no se que haría, cada vez que vea más adelante mi rosario recordaré que pase una pandemia pero nunca perdí la fe en que Dios me iba ayudar y mira ya ha pasado casi un año y yo sigo pie y nunca e dudado que Dios está conmigo y nunca me abandonara.

Esta pandemia me hizo reflexionar muchas cosas y valorar más a mis seres queridos pues en un segundo se puede ir la vida y perdemos a los que más queremos.

Siempre en mis oraciones están todas las personas que están enfermas y le pido a Dios que los saquen de ese hospital pues muchas veces tienen familias que mantener. Todas las actividades y reuniones han cambiado, ahora ya no podemos convivir como antes,tenemos que adaptarnos a la nueva modalidad y pues mientras estemos vivos y tengamos salud tenemos que seguir luchando en este mundo.

This story is part of a Agricultural Workers collection.